POR: HEIDY GONZÁLEZ
¡Agilicemos la educación!
El project management representa una fuente metodológica aplicable a muchos ámbitos. El método de gestión ágil de proyectos que se caracteriza por lograr entregas de valor puede servir para apuntalar un sector educativo en contextos de altos niveles de incertidumbre.
Heidy González Molina, Santo Domingo, 30 marzo, 2021
En la terminología de gerencia de proyectos se entiende como un enfoque ágil aquel que utiliza ciclos de planificación y revisión muy cortos, lo cual permite redefinir prioridades y estrategias de ejecución con mayor facilidad aún manteniendo el enfoque en el objetivo final, mientras se realizan entregas de valor para el proyecto.
Los proyectos que se gestionan bajo un enfoque ágil generalmente son aquellos que tienen un alto nivel de incertidumbre y probabilidad de cambios, y por eso requieren ciclos de vida particulares que permitan entregar pequeños avances de trabajo a fin de entender mejor los requerimientos de un determinado producto o servicio, probarlos y mejorarlos sobre la marcha.
Recientemente tuve el privilegio de participar en un proyecto del sector educativo, la creación de la red de vinculación educación – empresa “De Par En Par”. Esta experiencia fruto de la alianza entre el sector privado, el sector público y la cooperación internacional, me parece un ejemplo claro de cómo un proyecto con altos niveles de incertidumbre puede ejecutarse en el tiempo y presupuesto previstos mientras se materializan los resultados comprometidos.
Si bien al momento de realizar la planificación se tomaron en cuenta supuestos y riesgos legales y de gestión importantes, era imposible anticipar, en aquel entonces, que en marzo de 2020 sería declarada la pandemia del COVID 19. Como podrán imaginar, ¡todo cambió ese 16 de marzo!
Y lo logramos. ¿Cómo? Creo que la clave para la ejecución del proyecto dentro de los parámetros de calidad, tiempo y costo estuvo, en primer lugar, en la pasión y compromiso del multidisciplinario equipo de trabajo y sus líderes, pero igualmente importante fue el establecimiento de ciclos de planificación, ejecución y retroalimentación cortos (de dos semanas en este caso) que permitieron ir adaptándonos a cambios de cultura, del equipo y de entes clave, sin perder de vista la meta final.
Esta experiencia me ha puesto a reflexionar sobre el gran aporte que puede ofrecer la metodología ágil de manejo de proyectos al sistema educativo dominicano.
De hecho, apuesto a que esta experiencia es perfectamente extrapolable al sistema educativo de nuestro país, puesto que nos permitiría adaptarnos constantemente a las necesidades de nuestros estudiantes, según el contexto en que se encuentre el país y el mundo.
Los tomadores de decisión de nuestro sistema educativo cuentan con herramientas de planificación para identificar los grandes resultados, los del largo plazo, y su nivel de prioridad, pero creo que debemos mejorar la forma en que desagregamos, ejecutamos y evaluamos esos resultados (el cómo) de forma tal que su implementación pueda ser oportuna, pertinente, relevante y escalable.
Pero, además, vayamos directamente al aula: La Guía Práctica de Ágil del Project Management Institute (PMI) hace referencia al aprendizaje con base en Ágil, y explica – citando a Sara Briggs, 2014- cómo los maestros de escuelas intermedias, secundarias y universidades de todo el mundo ya están trabajando con estas técnicas para lograr un enfoque en priorizar actividades. La guía resalta que la interacción cara a cara, el aprendizaje contextualizado, los equipos auto-organizados y el aprendizaje incremental o iterativo que explota la imaginación son técnicas capaces de cambiar la mentalidad en el aula y lograr importantes avances en las metas educativas. Existe abundante información sobre estas implementaciones, las cuales serán material de otro artículo.
En conclusión, la agilidad es un método de trabajo que promueve la innovación y creatividad de los equipos en contextos de incertidumbre, de forma organizada, transparente y consistente con los resultados esperados.Es por esto que a todos los docentes, personal administrativo y técnico del sector educativo, líderes de los organismos rectores del sistema, aliados de distintos ámbitos a quienes que les interesa el desarrollo de nuestro país, podría resultarles beneficioso reflexionar sobre este tema. ¿Y si, juntos, construimos un Modelo de EDUCACIÓN ÁGIL para la República Dominicana? Un modelo orientado a resultados que se entreguen de forma gradual e incremental, que agreguen y maximen valor a las inversiones y que respondan a las necesidades que evolucionan día a día. Educadores: ¿invitamos a los expertos en manejo de proyectos ágiles a esta cruzada de agregr valor al país desde las aulas y más allá?
Artículo creado para el periódico: Hoy