Por Sharlyn Rodríguez
¡En un abrir y cerrar de ojos mi hijo se convirtió en preadolescente! Esa fue mi motivación para iniciar todo un proceso de investigación profunda, casi detectivesca, sobre opciones educativas en nuestro país que me ayudaran a formar un joven real para el mundo real. Hoy quiero compartirles algunos de mis hallazgos.
Mi primer hallazgo es Minerva Project, un programa que en Estados Unidos se implementa en educación superior con notable éxito, y descubrí que en República Dominicana somos pioneros, los primeros de toda Latinoamérica, en implementarlo en la secundaria.
¿Qué me llamó la atención de este programa? Que incorpora como estrategia un tema que me encanta: la vinculación entre el sector educativo y el productivo. Minerva busca desarrollar el talento de los estudiantes tomando como base sus habilidades particulares e incorporando los retos y desafíos con los que se enfrentarán en el mundo laboral. Otro dato interesante: sus logros en aprendizajes más relevantes y efectivos han sido a través de la colaboración entre el sector educativo y la industria.
A nivel de secundaria, el proyecto busca que los estudiantes vayan asumiendo, desde el bachillerato, las responsabilidades y desafíos que deberán enfrentar en el mundo real, lo que se traduce en una mejor preparación a la hora de asumir sus responsabilidades en la educación superior y en la vida laboral. Esta modalidad del programa ha sido denominada Minerva Baccalaurate y lo ofrece en nuestro país el American School de Santo Domingo- ASSD.
Mis dotes de investigadora de las mejores prácticas educativas, tecnológicas, laborales (y de madre diligente), me llevaron a realizar una entrevista profunda a la directora del ASSD, Wara González, quien con mucha simpatía y experticia respondió todas mis preguntas y les digo que fueron muchas. Me encantó este comentario: “Solo con un enfoque pragmático, moderno y real podemos hablar de verdaderos avances en nuestro sistema educativo. Debemos, además, incorporar rápidamente todos los aprendizajes que hemos logrado este año, ser educadores proactivos y necesitamos contar con el respaldo de las autoridades y el sector educativo en general para, en poco tiempo, lograr una verdadera transformación país”.
Mi segundo hallazgo me invita a resaltar que en las secundarias técnicas y de artes del país también hemos entendido la necesidad de que los estudiantes desarrollen una experiencia formativa en los centros de trabajo que complemente lo que aprenden en el aula.
Un proyecto llamado De Par En Par, que arranca en 2021, está orientado a vincular a las empresas con centros de estudio a nivel nacional para que los estudiantes del bachillerato técnico y de artes realicen sus prácticas laborales y así ayudar a gestionar todo el proceso de aprendizaje. Lo interesante de este proyecto es la invitación que hace a todos los actores involucrados: empresas, instituciones gubernamentales, centros de estudio, estudiantes, familias, a que apoyen esta iniciativa “abriendo sus puertas de par en par a la educación y el desarrollo”.
¿Por qué considero la vinculación entre el sector educativo y el productivo como una estrategia de valor, para cualquier nivel y modalidad? Primero, porque brinda la oportunidad de contextualizar conceptos que en la teoría puedan verse abstractos, pero que al momento de aplicarlos en situaciones reales toman sentido inmediatamente. Segundo, porque pone a los estudiantes en contacto con tecnologías y técnicas usadas por el sector productivo, que a la academia resultaría muy costoso reproducir, lo que permite en los jóvenes resultados de aprendizaje más cercanos a lo que se necesita en el mundo real. Tercero, crea valor para todos los actores involucrados al lograr: personas mejor formadas, un país más productivo y competitivo, un mayor bienestar social y económico.
Me enorgullece saber que nuestro país se encuentra inmerso en este tipo de innovaciones que prometen ser exitosas y nos auguran éxito como nación.
Nota al margen:
Minerva Project inició en 2012 como un sistema revolucionario dedicado a transformar la enseñanza y el aprendizaje a través de conceptos relevantes en diferentes contextos. Su objetivo es liderar el cambio sistémico para cerrar brechas entre diferentes sectores, con enfoque en la educación como agente de cambio. Al día de hoy, es reconocido a nivel mundial y cuenta con una inversión de más de 160 millones de dólares.
Fuente: El Día